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POEMA DE FUEGO Y VIENTO












¨El amor y la distancia
son como el fuego y el viento.
A los grandes el segundo los enciende
y a los pequeños, los apaga.¨

Víctor Hugo
(1802-1885)
_________________________________________











I

Estás demasiado lejos
y yo, demasiado triste,
mientras la noche se viste
con cegados catalejos.

Un reproche sin reflejos
transforma una llama en sombra
bajo el fanal que se asombra
sin palabra articular,
hasta mil gotas sangrar
cuando mi boca te nombra.

II

Estás demasiado ausente
y yo, demasiado sola,
como en la arena una ola
purga condena silente,

deshilándose impaciente,
salada como una lágrima
irisada, tibia, ingrávida,
diluyéndose en el mar
para después naufragar
sobre el envés de su lámina.

III

Como una hoja en el viento
se despoja del recato,
cierro los ojos un rato,
desentierro el pensamiento…

desnudando ese lamento
que va poblando mi ocaso.
Abrazo tu ardor, me abraso
como un leño al encender
para en breve sueño arder
y al dulce arrebol, dar paso.

IV

Nada pierdo al evocarte,
porque tu llama me alcanza
para asirme a una esperanza
(por estricto amor al arte…)

Fundirme en tu fragua, amarte,
como si un hilo de oro
bañara en lava un tesoro
que tanto deseo hallar,
y a llanto y fuego acuñar
sin quebranto, ni decoro.

V

Y si se apuran los ecos
de la lluvia en los cristales,
se curan todos mis males
y se atiborran mis huecos…

los que olvidados y secos
tras los zarpazos al alma,
desvalijaron mi calma
con la garra de otro olvido,
dejándome sin latido
con sus disparos en salva.

VI

Porque son negras las alas
de las aves que me miran,
de las naves que suspiran,
de las sogas que me traban,

de los cuervos que me clavan
en el cuerpo su presagio
de tan funesto naufragio,
sellando esta soledad,
con la mayor impiedad
y en un siniestro contagio.

VII

Si las nubes se apiadaran
y en sus azules trebejos,
te mostraran los bosquejos
de la humedad de mi almohada…

bañada en chispas mojadas,
(secretas y esplendorosas
bailarinas silenciosas)
hasta mi fuente secar,
gimiendo por cultivar
tantas perlas lujuriosas.

VIII

Y el beso que no me diste
(todavía…) va a mi espejo
(el que se empaña, perplejo)
y con su magia me embiste.

Y en esa utopía existe
la esperanza de tocarte,
a ultranza, poder rozarte.
La quimera de lograr
tu coraza, al fin... quebrar,
y que no quieras salvarte…

IX

Cuando el azar guiñe un ojo
al clamor de esta doncella,
que apuesta fuerte a que en ella
satisfagas tus antojos.

Y un sol de obsceno sonrojo
vuelva mágica la estancia…

esta trágica distancia
que nos separa será
una antigua realidad
declinando su arrogancia.







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POEMA REDUNDANTE

¨Es mejor ser rey de tu silencio, que esclavo de tus palabras¨ William Shakespeare Mule City,  25 de junio de 1612 ______________________  I ¿Qué más debiera decir que ya no te hubiera dicho? ¿Qué más podría escribir que todo lo que te he escrito…? ¿...? Va casi un lustro, y es claro que no se ha inventado el río capaz de apagar el fuego, cuando ese fuego es divino. Que no hay tormenta ni obstáculo, pantano, muralla, sismo que logre desenraizar la fibra de este amor mío. Un árbol que mal nació intrincado y retorcido, no siempre amaina su fuerza por haber errado el tino; al contrario, más se prende, multiplicando los bríos y extendiendo sus raíces a niveles infinitos. II ¿Qué más debiera decir que ya no te hubiera dicho? ¿Qué podría sorprenderte…? ¡Con todo lo que te he escrito! ¿...? No he escatimado recursos, imágenes, cartas,  libros, sitios web, redes sociales, para mostrarte con signos, mi franca moción de entrega, mi volcán de desatinos, mi corazón en bandeja, mi vendaval

UNA EXCEPCIÓN

  Yo que a nadie denuncio. Yo que no rezo. Que no pongo las manos en el fuego. . Yo que en nada milito. Yo que no apuesto ni vida ni tesoros a ningún credo. . Yo que marcho en contrario a los supuestos. Yo que hago apología del desacierto. . Que en la lid de los héroes no aspiro a un puesto. Que si veo Molinos no los enfrento. . Que en las tierras del justo no hago cimientos. Y que olvido las líneas del padrenuestro. . Yo que escondo la mano. Y no doy el ejemplo. Y no impugno ni afirmo. Y no corro, ¡vuelo! . Que abandono en mitad de la guerra a mi ejército. Y que niego tres veces, como Pedro. . Que trafico emociones a sobreprecio. Que jamás me pronuncio ni me juego. . Que no tengo bandera. Ni conciencia. Ni méritos. Pongo el dedo en los clavos y no creo. . ¿ Y si juro que sumo ? ¡ Resto ! . ¿ Y si digo que voy ? ¡ Vengo ! . . Yo, vacía de gracia. Yo que no intento modificar el mundo, ni protegerlo, . . hubiera dado todo 《lo que no tengo》 por oír(te) decir(me) Te quiero. . . . . . . . .