A
mi padre,
Un patio con aromas de cedrón.
La verde bicicleta en una esquina
de un Banco, resguardada por la encina
en horas de la siesta. La canción-
rozada por el mar de la emoción-
de Strauss en ese viejo tocadiscos,
el brillo en el Renault, y el muy arisco
latido de un quebrado corazón.
El arduo laberinto de papeles
con números y cuentas, los diversos
volúmenes mostrando El Universo,
poblando en los gastados anaqueles.
Las cosas que se fueron, pero viven...
debajo de las letras que se escriben.
Un patio con aromas de cedrón.
La verde bicicleta en una esquina
de un Banco, resguardada por la encina
en horas de la siesta. La canción-
rozada por el mar de la emoción-
de Strauss en ese viejo tocadiscos,
el brillo en el Renault, y el muy arisco
latido de un quebrado corazón.
El arduo laberinto de papeles
con números y cuentas, los diversos
volúmenes mostrando El Universo,
poblando en los gastados anaqueles.
Las cosas que se fueron, pero viven...
debajo de las letras que se escriben.