Algún atardecer, yo
me habré ido
de aquí, sin elocuencias y sin brillo,
(la marca de tu boca en el orillo);
y en paz, escasamente habiendo sido.
de aquí, sin elocuencias y sin brillo,
(la marca de tu boca en el orillo);
y en paz, escasamente habiendo sido.
Un árbol no plantado
y un pedido
expreso entre las líneas de mis manos
de no desamparar a mis hermanos,
tratando de salvar lo ya perdido.
expreso entre las líneas de mis manos
de no desamparar a mis hermanos,
tratando de salvar lo ya perdido.
Los huesos de mi
madre entre mis huesos,
los ojos de mi padre iluminados,
después de perdonarme los pecados,
con un legajo gris de poco peso.
los ojos de mi padre iluminados,
después de perdonarme los pecados,
con un legajo gris de poco peso.
En ese mismo instante
habré dejado
en manos de mis hijos los esfuerzos
por no ser olvidada. Y estos versos,
que el eco de tu Nombre me ha dictado.
en manos de mis hijos los esfuerzos
por no ser olvidada. Y estos versos,
que el eco de tu Nombre me ha dictado.
Y así, con la quietud
de un mar en calma,
que no ha callado más que esta pasión,
me iré con la secreta convicción
de haber dejado rastros en tu alma;
que no ha callado más que esta pasión,
me iré con la secreta convicción
de haber dejado rastros en tu alma;
los rastros del que
ama y se ha atrevido
a no cumplir las leyes del Olvido.
a no cumplir las leyes del Olvido.
C O N E S T O S V E R
S O S